La vida a bordo del barco
Una de las cosas que más le cuesta imaginar a aquellos que no han navegado nunca es cómo será la vida a bordo del barco durante un viaje de varios días en un velero.
SON A MAR, aparte de viajes de un día desde Barcelona, os ofrece también viajes de una semana durante el verano, que acostumbran a ser por las Islas Baleares. En función de la semana se realiza embarque en Barcelona para hacer la travesía o se embarca directamente en una de las islas.
Cuando decidimos adentrarnos en el mundo marino nos ocurren muchas cosas, una de ellas es que nos vemos abocados a un cambio de ritmo obligado. Estamos acostumbrados al ajetreo y las prisas de la ciudad. En cambio, una vez a bordo del barco, la naturaleza, el viento y el momento presente se impone, con lo que se genera un proceso de adaptación al nuevo ritmo. El sonido del viento en las velas, del mar acariciando el casco del barco al avanzar, los cambios del cielo…Todo ello es algo maravilloso que sólo podemos disfrutar desde la calma. Ello conlleva ser conscientes que la velocidad de un velero no es la de un coche. Por lo que sabemos cuándo salimos, pero nunca la hora exacta de llegada.
De todas formas, para haceros una idea de tiempos, realizar la travesía de Barcelona a Ibiza puede demorar unas 24 horas aproximadamente, a Menorca unas 18 horas y a Mallorca unas 16 horas.
En SON A MAR siempre os recomendamos realizar el embarque en la propia isla, pues si la meteorología no acompaña, la travesía puede hacerse bastante pesada para aquellos estómagos poco acostumbrados.
En el caso que hayas optado por realizar la travesía:
Embarcamos en Barcelona a la hora acordada. En el caso que sea necesario hacer la compra para la semana, ésta se realizará antes de salir. Una vez todo guardado a bordo del barco iniciamos la travesía. Ya sabemos que tenemos horas por delante, así que una vez puestas las velas y marcado el rumbo solo queda relajarse y disfrutar del mar, atentos siempre por si aparecieran delfines u otros visitantes como ballenas o tortugas.
Durante el viaje realizaremos guardias para que todo el mundo pueda descansar un poco, siempre previas explicaciones de todo aquello que hay que tener en cuenta y con el imperativo de avisar al patrón en todo momento que sea necesario. Normalmente, como patrona del barco, paso gran parte de la travesía en cubierta, aunque si el tiempo está tranquilo también voy a necesitar descansar en algún momento.
En el caso que embarques en la isla:
Normalmente procuramos encargar una compra on-line para que nos la entreguen a una hora cercana al embarque, de esta forma no hay que desplazarse cargando la comida, pues en función del puerto el supermercado puede quedar lejos. Una vez tenemos todo guardado ¡zarpamos!
Ya sea si hemos embarcado en Barcelona o en Baleares, una vez en la isla nos dirigimos a su parte protegida -de viento y ola-, pues ésta será la parte cómoda tanto para navegar como para echar el ancla (fondear) y pasar la noche.
En todo momento vamos a estar pendientes de los partes meteorológicos por si hay que realizar algún cambio de plan en nuestra ruta. En función de la isla que visitemos y su tamaño es factible darle una vuelta completa o centrarnos en una de sus partes en este viaje, por supuesto siempre en función de la meteorología.
Organización a bordo del barco
Durante la semana el ritmo a bordo combina la navegación con las paradas en calas, donde hay tiempo para nadar, pasear por la playa, leer, practicar paddle surf y disfrutar de la calma. Normalmente algún día vamos a dormir a puerto, donde aprovechamos para llenar de agua los tanques, comprar víveres si es necesario o salir a pasear y cenar.
La intendencia de cocina se realiza entre todos, normalmente repartiendo las tareas de cocinar y fregar platos de forma que todos participen.
A bordo del barco Trinidad hay 2 baños y 3 camarotes dobles, con lo que en viajes compartidos o plaza a plaza se comparte camarote, excepto en las ocasiones en que un tripulante decida alquilar la cabina completa (tarifa de 2 plazas).
Los paneles solares cargarán las baterías durante el día si es soleado, de esta forma conseguimos un autoabastecimiento de la energía eléctrica. Durante la noche seremos más cuidadosos respecto al consumo de electricidad, procurando no dejar luces encendidas que no vayamos a usar.
El agua a bordo es escasa, salimos con los tanques llenos y debemos ser responsables respecto a su consumo, pues quedarnos sin agua puede significar tener que ir a puerto un día que no esté previsto o no nos apetezca, con el consiguiente gasto por el pago del amarre. Normalmente fregamos platos con agua de mar para ahorrar agua dulce cuando estamos en calas de agua limpia. Las duchas marinas a todo el mundo le encantan, para ello es aconsejable traer jabones biodegradables, después podrás aclararte con agua dulce para eliminar la sal y de esta forma economizaremos este bien tan preciado en un barco.
Convivencia a bordo del barco
En cuanto a la convivencia muchos me preguntan cómo es compartir un espacio reducido como un velero durante una semana. Lo cierto es que incluso en grupos de personas que no se conocen, el desafío de convivir viajando a bordo de un velero acostumbra a ser una experiencia muy gratificante. De hecho, en muchos casos, en años posteriores procuran coincidir de nuevo para realizar nuevos viajes juntos. Se genera una relación muy intensa al convivir a diario con compañeros y compañeras a bordo del barco. Para que todo ello funcione de forma fluida tenemos que tener en cuenta ciertos criterios básicos, que pasan sobre todo por ser conscientes de que vamos a compartir y que, para que todo fluya, debemos colaborar en las tareas de cocina y fregar platos por igual así como tener claro que el respeto es la clave para que todo el mundo esté a gusto. Así, procuramos respetar los tiempos de descanso bajando la voz y apagando la música cuando alguien ya se ha ido a dormir.
Embarcarse en la aventura de viajar una semana en velero es mucho más que unas vacaciones, cada uno realiza su propio viaje personal a través del descubrimiento de un mundo diferente, donde poder compartir, participar y llenarse de mar. ¿Te animas?
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