Un evento de Team building es una actividad puntual, que permite a los equipos o grupos de trabajo compartir fuera del ámbito laboral una experiencia lúdica. Se desarrolla en un marco informal, divertido, colaborativo. Se presenta un desafío común como realizar una regata de empresa o realizar una navegación conjunta de varios barcos sin competir.
Este tipo de actividad de empresa favorece el conocer mejor a los compañeros y compañeras de trabajo y poder compartir una actividad fuera de la rutina laboral. Todo ello sirve para entablar o reforzar vínculos entre personas en un ambiente nuevo, desafiante y positivo.
Para qué un evento de Team building en el mar
El mar nos fascina, nos genera admiración por su grandeza, su fuerza, su poder hipnotizador. Nos atrapa en sus redes con solo contemplarlo. Quizás también su magnetismo se deba a los secretos que esconde, a lo cambiante de su naturaleza, lo imprevisible que puede llegar a ser, a la falta de control que ejercemos sobre él.
Largar amarras y entrar en sus dominios nos hace sentir pequeños y grandes a la vez.
Enseguida que soltamos amarras nos damos cuenta de algo muy importante: para que este barco en el que estamos pueda navegar debemos estar unidos, sincronizarnos, comunicarnos, planificar, tener objetivos comunes, distribuir tareas, responsabilizarnos de su ejecución, liderar, en definitiva trabajar en equipo.
Para conseguirlo necesitamos tener confianza, empatía, responsabilidad, saber gestionar expectativas y emociones, mantener una atención plena, enfrentar desafíos, estar motivados…
Un barco es una metáfora poderosa sobre el liderazgo y el trabajo en equipo, en el cual nos planteamos objetivos y metas comunes, en un marco de visión compartida, diseñando planes de acción y llevando a cabo acciones acordadas para poder conseguirlos.
“Cuando no sabemos hacia qué puerto navegamos ningún viento es bueno”. Proverbio danés.
Qué se consigue en una actividad de Team building en veleros
Antes de salir de puerto dedicamos un tiempo a exponer la actividad que vamos a realizar, así como a mostrar las normas de seguridad a todos los participantes. La seguridad es lo primero, con lo que, incluso tratándose de una actividad tipo regata, nuestro objetivo principal es pasarlo bien y realizar el evento con seguridad.
Posteriormente deberemos planificar la maniobra y coordinar las acciones necesarias para que pueda llevarse a cabo satisfactoriamente, para así poder salir a navegar.
- Se practicará la coordinación y comunicación para largar amarras, subiremos defensas y nos haremos a la mar.
Llega la hora de izar velas.
Aprenderemos el funcionamiento de winches y mordedores, identificaremos los cabos necesarios para realizar la tarea y cómo conseguir realizar la acción de forma eficiente y segura. Nos ponemos manos a la obra.
- Practicaremos la sincronización, la comunicación, la confianza, el espíritu de trabajo en equipo.
Tenemos las velas izadas, y ¿ahora qué?
Tanto si se trata de una regata corporativa en veleros o de una navegación conjunta de varios barcos sin competición, llega el momento de tomar decisiones en situaciones desafiantes.
Tendremos que decidir nuestro rumbo y orientar las velas para llegar a nuestro objetivo en el momento oportuno, para ello habrá que maniobrar (virar, trasluchar, ajustar el tamaño de las velas para el viento del momento)
- Descubriremos las competencias, recursos, fortalezas y limitaciones (personales y del equipo), lo que nos llevará a desarrollar la creatividad, flexibilidad y habilidades para responder a las exigencias del momento en situaciones poco conocidas y posibles cambios de viento. Nos daremos cuenta de la importancia del apoyo, la comunicación, el compromiso, el liderazgo y la cohesión del equipo.
Finalmente os dejamos con una frase que nos encanta y que refleja muy bien lo que está en manos del equipo hacer para que todos salgamos ganando.
“El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie, el realista ajusta las velas”. William George.
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